La manera en que ves tu vida forma tu
vida. La manera en que definas tu vida determina tu destino. Tu manera de ver
las cosas influirá en cómo empleas tu tiempo, tu dinero, tus talentos y cómo
valoras tus relaciones. Una de las formas de entender a los demás es
preguntándoles:
“¿Cómo defines tu vida?”;
te darás cuenta de que hay tantas respuestas diferentes, como tantas sean las personas a las que les preguntes. Me han dicho que la vida es como un circo, un campo de minas, una montaña rusa, un rompecabezas, una sinfonía, un viaje y un baile.
La gente
afirma: “La vida es un carrusel. Unas veces estás arriba y otras abajo y a
veces das vueltas y vueltas”, o “La vida es una bicicleta de diez velocidades,
y algunas nunca las usamos”, o “La vida es un juego de cartas y tienes que
jugar la mano que te den” .Si te pidiera que dibujaras un cuadro de tu vida,
¿qué imagen te vendría a la mente? Esa imagen es una metáfora de tu vida.
Ella determina tus expectativas, tus valores, tus relaciones, tus metas y tus prioridades.
Por ejemplo, si crees que la vida es una parranda, entonces tu valor primordial en la vida será pasarla bien. Si ves la vida como una carrera, le darás valor a la velocidad y es posible que siempre andes deprisa. Si ves la vida como una maratón, la perseverancia será valiosa para ti. Si la vida para ti es un deporte o una batalla, ganar será lo importante.
¿Cuál es tu visión de la vida? Es muy posible
que bases tu vida en una imagen errónea.
La Escritura declara:
La Escritura declara:
“No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación (cambio) de la su mente. Así podrán
comprobar cuál es la voluntad de Dios”.
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